ChatGPT y Educación: ¿Oportunidad, Reto o Amenaza; ¿Es el adiós a los profesores? ¿Es el adiós a la escuela tal como la conocemos? ¿Llevará a reinventar la educación, las escuelas y los educadores? ChatGPT, una herramienta innovadora que responde a preguntas sobre casi cualquier cosa, se lanzó a finales de 2022. Dicho así, parecería exactamente el vino viejo en una botella nueva. Al fin y al cabo, Google y Wikipedia llevan décadas haciendo esto. La novedad ahora es que ChatGPT puede producir respuestas coherentes, cohesionadas, relevantes y fluidas, dando la impresión de que hay alguien escribiendo lo que ves en la pantalla.

Nada más lanzarse, ChatGPT se convirtió en una sensación y en una de las búsquedas más frecuentes en Internet. Es adictivo, al menos al principio. Cualquiera que lo haya probado sabe de lo que estamos hablando. La calidad de sus respuestas y su velocidad de interacción son sorprendentes: ChatGPT puede producir textos de varios párrafos, exactos, completos y muy precisos, además de adaptados a la petición del usuario. Y no sólo eso: Lo hace en varios idiomas y en sólo unos segundos.

La irrupción del ChatGPT en la educación volvió a sacudir los sistemas educativos del mundo. La duda que queda es qué consecuencias tendrá esta nueva tecnología para las prácticas de trabajo de los profesores y la adquisición de conocimientos de los alumnos.

ChatGPT y Educación: ¿Oportunidad, Reto o Amenaza?

ChatGPT y Educación Oportunidad, Reto o Amenaza

¿Qué es exactamente ChatGPT?

ChatGPT Es un programa informático basado en lo que conocemos como inteligencia artificial (IA). Una IA es un sistema de algoritmos capaz de realizar tareas que normalmente implican inteligencia humana, principalmente porque estas tareas requieren procesamiento del lenguaje, reconocimiento de patrones, aprendizaje y toma de decisiones.

ChatGPT genera textos como un chatbot, un robot informático que chatea. Cuando accedes al sitio, todo lo que tienes que hacer es formular una pregunta -lo que se te ocurra- e inmediatamente te dará una respuesta. Puede ser sobre datos, pensamientos o acontecimientos actuales, y el cielo es el límite. Es un modelo preentrenado que puede adaptarse a tareas específicas. ¿Cómo afectará esto al sistema educativo actual? ¿Y a los empleos?

Las escuelas (inútilmente) desafiadas ante la irrupción de la Inteligencia Artificial

Como ocurre siempre que aparecen tecnologías relacionadas con el saber y el conocimiento, no tardó en surgir la preocupación por su uso en las escuelas: desde los que celebraban su potencial hasta los que temían por su supervivencia, pasando por los que observaban estas innovaciones casi con indiferencia.

¿ChatGPT y la educación? Por un lado, los optimistas alaban la herramienta porque servirá de apoyo a la enseñanza. Por otro lado, los escépticos ven una clara dificultad en la posibilidad de que los alumnos completen fácilmente sus tareas transmitiendo las preguntas de sus profesores. Por último, los indiferentes se preguntan si los motores de búsqueda (como AltaVista, Yahoo y Google, entre otros) han cambiado el trabajo escolar.

Pero hay más, mucho más. Estas son las preguntas que surgen cada vez que aparecen nuevas tecnologías en la educación. Primero fue la radio, luego la televisión, después Internet, y ahora es la inteligencia artificial. ¿Seguirán teniendo sentido las tareas escolares? ¿Tendrán que convertirse los profesores en inspectores de autenticidad, tratando de detectar si una tarea la ha realizado la inteligencia humana o la artificial? ¿Deberán idear una forma diferente de definir las instrucciones? Son preguntas legítimas que se suman a la larga lista de interrogantes que las innovaciones tecnológicas plantean sobre la escuela en un momento dado. Pero, como de costumbre, estas preocupaciones deben considerarse dentro de un marco más general de reflexión sobre la relación (pasada, presente y futura) entre las tecnologías y la escuela.

Sin embargo, supongamos que la escuela es una tecnología que, como muchas de su clase, se nutre a su vez de otras tecnologías, lejos de ser una ruptura ChatGPT. En ese caso, podría ser un nuevo punto de inflexión en un largo continuo de cambios (aunque todavía hay quien cree que, por el hecho de que haya edificios y aulas, la escuela sigue siendo la misma que ha sido durante siglos).

Las oportunidades que el ChatGPT ofrece a la educación

Su potencial, especialmente para los profesores, es evidente, ChatGPT y la educación puede ser totalmente compatible con una buena adaptación. No sólo en cuanto al contenido, que es el primer aspecto que nos viene a la mente, sino también porque podría servirles de ayuda, de herramienta de apoyo para desarrollar sus planteamientos didácticos.

Parece que ChatGPT es el eslabón perdido que conecta los repositorios de recursos didácticos que se han generado en Internet durante las últimas décadas con las necesidades específicas derivadas del carácter cotidiano y urgente de la enseñanza (que no siempre pueden satisfacer los motores de búsqueda o los portales educativos).

Por ejemplo, un profesor de filosofía que quiera abordar cuestiones relacionadas con el género podría pedir a ChatGPT un documento que contenga todas las normas internacionales primarias sobre el tema o la evolución legislativa de su país, o, por qué no, una selección -basada en criterios específicos- de artículos periodísticos o estadísticas relacionados con la violación de la igualdad de derechos en materia de género. Y todo ello sin tener que dominar la estructura y los entresijos de los buscadores convencionales. Bastaría con una simple pregunta, similar a la que se hace a un colega.

Este tipo de acción no sustituye el papel de los profesores, cuya función es seleccionar no sólo la materia, sino también los recursos para abordarla de forma pertinente y localizada. En cambio, ChatGPT podría liberar tiempo de tareas rutinarias o engorrosas para que puedan centrarse en apoyar a los alumnos y potenciar la educación.

Los retos que plantea esta nueva herramienta de inteligencia artificial

Su capacidad para responder preguntas, la cara visible de ChatGPT, levanta algunas banderas rojas sobre la enseñanza y/o las tareas escolares y su validez. Uno de los temores más extendidos en estos días es que los alumnos utilicen ChatGPT para completar las tareas escolares y luego copien y peguen las respuestas sin que los profesores puedan controlarlo.

Sin embargo, esto se basa en ciertos supuestos, como que la enseñanza se limita a que los profesores repitan el contenido y los alumnos aprendan a reproducirlo. Si así fuera, ChatGPT sería el mejor de los profesores y, al mismo tiempo, el mejor de los alumnos. Lejos de ello, es muy posible que profesores y alumnos mejoren sus capacidades y posibilidades con el apoyo de tecnologías como la IA, igual que en su día hicieron con las calculadoras para las matemáticas. Su existencia no neutralizó ni amenazó la enseñanza; teniendo en cuenta estos riesgos, se buscaron alternativas y estrategias para incorporar la tecnología y el desarrollo del pensamiento crítico y la creatividad a los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Por otra parte, como cualquier recurso, ni el ChatGPT en particular ni la inteligencia artificial en general resolverán mágicamente por sí solos los problemas del sector. Del mismo modo que no son una amenaza, tampoco son una solución. Son herramientas con potencial para ser utilizadas en la educación. Y, como cualquier otra, con su propio alcance y limitaciones.

¿Qué pasa con las condiciones de aprendizaje?

Lo anterior no puede pasar por alto una cuestión crítica: En América Latina, menos del 30% de los hogares vulnerables tienen acceso a ordenadores para realizar las tareas escolares, y sólo un tercio de las escuelas disponen de un ancho de banda suficiente para trabajar. Además, como se ha puesto de manifiesto desde el estallido de la pandemia, la posibilidad de incorporar nuevos recursos pedagógicos y tecnologías está limitada a unos pocos elegidos.

En este escenario, la brecha en las oportunidades escolares y en la distribución del conocimiento se ampliará con un nuevo avance tecnológico de uso potencial en la educación. Como resultado, nuestros sistemas educativos tendrán que abordar estos déficits.

Como suele ocurrir en estos casos, todas las miradas se centran en los profesores y los alumnos. Pero debemos reconocer la necesidad de políticas que garanticen que estas herramientas estén al alcance de todos. Sin acceso a los recursos mínimos -dispositivos y conectividad-, el uso de la inteligencia artificial seguirá siendo más una cuestión de disputa que de aplicación.

No es probable Extremadamente probable

¡Si te ha gustado la publicación de la Agencia Universitaria DQ «ChatGPT y Educación: ¿Oportunidad, Reto o Amenaza?«, Comparte, Difunde, Conocimiento y Emprendimiento!

Agencia Universitaria » Publicaciones » Estudiar » ChatGPT y Educación: ¿Oportunidad, Reto o Amenaza?